Uno de los elementos que no solemos tener en cuenta, y que también afecta a la optimización de la comunicación con el servidor, y por ende, al posicionamiento web son las cookies.
Las cookies son unos archivos que se guardan en el equipo del usuario y que contienen información referente a la sesión y al dominio sobre el que se esta navegando.
A pesar de que su tamaño no es grande, cada vez que se realiza una petición al servidor el navegador le envía la cookie que pertenecen al dominio que ha solicitado esa petición. El problema está en que cada vez que se vuelve a realizar una petición, el navegador tiene que enviar de nuevo las mismas cookies.
De manera, que en la medida de lo posible debemos evitar guardar demasiada información en las cookies para reducir el trafico entre el cliente y el servidor.
En la mayoría de las ocasiones el internauta que vuelve a una página web va interaccionando con otras opciones, aumentando el numero de cookies que se descarga. Para solucionar este problema debemos tener un sistema que vaya eliminando la información de las cookies que sea menos importante.
Una variante a tener en cuenta es la fecha de caducidad.
Por defecto, las cookies son de sesión, es decir, cuando el usuario cierra el navegador web o apaga el equipo las cookies se borran automáticamente. Saber este dato es fundamental ya que debemos utilizar este método para almacenar la información necesaria para esa sesión. Cuando configuremos una fecha de caducidad, esta no puede ser demasiado elevada, debido a que el usuario puede notar a medio plazo una disminución de la velocidad de su equipo, y la comunicación con el servidor web también se verá afectada.
El tiempo optimo para una cookie depende del tipo de proyecto, pero generalmente se pueden establecer unos valores que están entre 1 semana y 6 meses.
Por tanto podemos decir que las cookies afectan de manera directa sobre la velocidad de carga y en el posicionamiento SEO.